El enfoque sistémico ha sido utilizado de manera recurrente para describir la actividad turística porque permite analizar su complejidad y superar las visiones reduccionistas que definen el turismo desde una perspectiva única, ya sea económica o social. Considerar el conjunto de elementos que componen el turismo como un todo interrelacionado y su referencia espacial en destinos concretos, permite describir los aspectos más relevantes de la oferta y demanda turística, y lo que puede resultar más relevante, la relación de estos subsistemas con el contexto.
El enfoque sistémico permite explicar el turismo como un conjunto amplio de actividades y actores interrelacionados, a la vez que pone de manifiesto las repercusiones, positivas o negativas, que puede generar en un territorio concreto. La figura siguiente muestra un esquema simple de sistema turístico, que servirá también para ejemplificar la relación dinámica con el contexto.
El esquema muestra cinco subsistemas: la oferta turística, la demanda, la infraestructura, la superestructura y la comunidad receptora. Este conjunto interrelacionado de elementos, puede analizarse a partir de cinco dimensiones: económica, social, cultural, ambiental y política. No existe una correlación directa entre las dimensiones, que permiten analizar con mayor profundidad la relación del sistema con su entorno, y los subsistemas.
Los subsistemas
El sistema turístico es de tipo abierto, porque tiene
fuerte relación con el ambiente. En términos generales, los insumos que
ingresan al sistema desde el ambiente son energía, materiales e información.
Estos insumos son procesados por el sistema turístico generando una exportación
al ambiente que consiste en productos o servicios que satisfacen las
necesidades y expectativas de la población. Dado que estos procesos están en
permanente cambio, el sistema es dinámico (Molina, 1991).
El producto turístico es una combinación de elementos de
la oferta que satisfacen la necesidad de la demanda, en respuesta a sus
expectativas y empresarial, y unir de manera vertical un subconjunto de
servicios. El producto puede ser creado por el cliente, los prestadores de
servicios, los tour operadores o los entes públicos.
Una forma complementaria de analizar el funcionamiento
del sistema es considerar los actores que lo conforman y sus objetivos. Desde esta
perspectiva se tendrán en cuenta los turistas, los empresarios, los trabajadores,
los representantes de instituciones y los residentes. No obstante, lo que puede
considerarse como la primera etapa del análisis sistémico del turismo, es la
descripción de cada uno de los subsistemas que lo conforman:
• La demanda turística:
es el número de personas que viajan o desean viajar para utilizar instalaciones
turísticas y servicios lejos de sus lugares de trabajo o residencia.
Los estudios de este subsistema contemplan de manera
general dos objetivos descriptivos: cuantificar y cualificar la demanda. En el
primer caso, se trata de medir el volumen de la corriente turística que puede expresarse
en términos de visitantes (turistas o excursionistas) que arriban a un destino,
cantidad de pernoctes realizados en un determinado tiempo o gasto total
realizado. En el segundo caso, se trata de determinar el perfil del visitante a
través de encuestas que brindan información sobre un conjunto diverso de
variables: lugar de procedencia, medio de transporte utilizado, edad, grupo,
nivel socioeconómico, formas de alojamiento, uso de servicios de gastronomía y
esparcimiento, preferencia respecto de actividades, motivación, estadía y gasto
promedio, recurrencia, medios de información, nivel de satisfacción, etc.
• La oferta
turística: es el conjunto de bienes y
servicios puestos en el mercado. La oferta se clasifica en primordial y
complementaria (De la Torre, 1980): la primera está integrada por los recursos
turísticos y la segunda, por las empresas que componen el equipamiento
turístico y los eslabonamientos.
Los recursos o atractivos turísticos han sido
considerados la materia prima de la actividad debido a que son los elementos de
la cultura o la naturaleza con atributos para motivar a los visitantes y
generar la corriente turística. La metodología básica para su descripción es el
relevamiento, que incluye su identificación y registro sistematizado, y la
evaluación para determinar su importancia relativa dentro de un espacio
geográfico.
La infraestructura: es el conjunto de obras y servicios que sirven de base
para el desarrollo de todas las actividades económicas, y en consecuencia,
puede ser de uso común o puede ser específica del turismo. Es el soporte que
permite la conexión entre centros emisores y receptores y el desarrollo del
destino turístico, en especial, el transporte (rutas y terminales) y la
comunicación.
En la historia del turismo los medios de transporte y las
vías de comunicación han ejercido un rol fundamental. Si bien las empresas de transporte
se incluyen dentro del equipamiento, este componente de la infraestructura
sigue siendo determinante para el desarrollo turístico. Lo mismo ocurre con los
medios de comunicación, dado que no solamente relacionan el centro emisor con
el receptor, sino que construyen la imagen del destino.
La superestructura: está integrada por organismos públicos, privados y del
tercer sector que tienen por objeto planificar y coordinar el funcionamiento
del sistema turístico.
El sector público incluye organismos gubernamentales
vinculados de manera directa con la actividad como los Organismos Municipales
de
Turismo y demás organizaciones públicas de jurisdicciones
provinciales y Secretarías de Cultura, Deportes o Producción.
El sector privado incluye a las instituciones que
representan a los diferentes empresarios vinculados con la actividad, también
de manera directa e indirecta, como Cámaras: de Turismo, Recreación, Comercio e
Industria, entre otras; así como también, Asociaciones
de: Hoteles, Agencias de Viajes, Empresas de Transportes, Concesionarios de
Playas, etc.
Este subsistema puede considerarse el más reciente en
cuanto a su incorporación en los estudios del sistema turístico. La población
local, que no participa de manera directa en el resto de los subsistemas, tiene
fundamental importancia para el desarrollo local. Esta teoría, en su aplicación
al turismo, se ocupa de analizar las condiciones en que el conjunto de la
población puede mejorar su calidad de vida a partir de la actividad turística.
La comunidad
receptora: Este subsistema puede
considerarse el más reciente en cuanto a su incorporación en los estudios del
sistema turístico. La población local, que no participa de manera directa en el
resto de los subsistemas, tiene fundamental importancia para el desarrollo
local. Esta teoría, en su aplicación al turismo, se ocupa de analizar las
condiciones en que el conjunto de la población puede mejorar su calidad de vida
a partir de la actividad turística.
Las dimensiones
En una primera etapa, la descripción de cada uno de los
subsistemas que caracterizan un destino turístico fue de utilidad para la
investigación y la planificación. En una segunda etapa, los estudios se
abocaron a profundizar las repercusiones y determinantes del turismo, acorde a
la conformación de un campo de conocimiento interdisciplinario. Desde las más
diversas disciplinas, el turismo se constituyó como objeto de estudio y
aplicación de teorías dominantes en otros campos. En ocasiones, los resultados
fueron antagónicos y se generaron profundos debates en torno a la naturaleza
del turismo, algunos de ellos todavía vigentes.
La dimensión
económica: permite analizar los
determinantes económicos de la actividad y las repercusiones del turismo en el
contexto económico. Los determinantes más generales que favorecen la
realización de turismo son el nivel de desarrollo económico de los centros
emisores, y el ingreso disponible de las personas. Las políticas
macroeconómicas y en especial la política cambiaria, tendrán un fuerte impacto
en el sistema turístico.
La dimensión
cultural: este análisis pone de
manifiesto la conflictiva relación entre turismo y cultura. Es probable que en
este ámbito se generen las discusiones más fervientes de la actividad, entre
los defensores del turismo como actividad que promueve la paz y el conocimiento
de los pueblos, y aquellos que lo consideran factor de aculturación y
destrucción del patrimonio. En posiciones intermedias se hará referencia a la
importancia de evaluar el impacto de la actividad en situaciones concretas, aunque
a diferencia de los estudios ambientales, el uso de indicadores que permitan medir
las repercusiones del turismo en la cultura en general y en los bienes culturales
en particular, es todavía poco frecuente.
La dimensión social: permite visualizar de manera específica la relación de
los grupos sociales con el turismo, y su evolución a través del tiempo. Desde
el contexto se analizan los determinantes del acceso a la actividad como el
nivel de educación, ocupación, grupo etario y experiencias previas, que junto a
los factores económicos ya mencionados, conforman la caracterización
socioeconómica de la demanda, aunque este nivel de análisis, ya no tiene por
objetivo describir la demanda sino analizar los mecanismos de inclusión –
exclusión de grupos sociales en la posibilidad de realizar turismo.
La dimensión
ambiental: genera una de las
principales líneas de investigación en los últimos años, situación relacionada
con las transformaciones ocurridas a partir de la década de los años setenta
del pasado siglo, en cuanto a la conciencia ambiental, los movimientos sociales
ecologistas y el impacto de las actividades humanas en los ecosistemas.
La dimensión política: El turismo es altamente sensible
al contexto político dado que en situaciones de conflicto la actividad es
inviable y las relaciones internacionales van a condicionar el libre movimiento
de los turistas. A nivel nacional, un determinante fundamental para el sistema
es el lugar que ocupa el turismo en la estrategia de desarrollo.
Desde el enfoque de esta dimensión se describen los
aspectos formales de la política, como el marco regulatorio, las políticas
explicitadas en los discursos y las estructuras institucionales. En un sentido
más profundo se analizan las políticas efectivamente implementadas en el
sistema, por acción u omisión y sus efectos en el sistema turístico.
Bibliografía
Cristina Varisco, (2013), Sistema Turístico. Subsistemas,
Dimensiones y Conceptos Transdisciplinarios, Universidad Nacional de Mar del Plata.
Centro de Investigaciones Económicas y Sociales. Grupo Turismo y Territorio,
Espacios Naturales y Culturales.